La crisis Sanitaria ha acentuado todavía más el uso de internet con fines de compra

La búsqueda de información on-line y las compras través de la red se ha convertido en un hábito cada vez más cotidiano y habitual para los internautas. Se trata pues de una realidad económica a la que todo tipo de negocio, independientemente de su origen geográfico, naturaleza o tamaño, ha de plantearse y evaluar como una opción relativamente estratégica. Según el VI Estudio Anual de e-commerce 2019, cuyo principal objetivo es medir la evolución y tendencias principales del mercado del eCommerce en España, el total de la población internauta española comprendida entre 16 y 65 años asciende a 31 millones. De éstos, un 71% declara realizar compras online,  por tanto, alrededor de 20,3 millones de españoles realizan compras por internet.  Y estos son datos referentes al ejercicio 2019, pero en este 2020 el efecto provocado por la crisis sanitaria del Covid-19 ha intensificado todavía más esa tendencia al alza del negocio en internet. El confinamiento ha modificado hábitos de compra agudizando el incremento de las ventas online, ya que en un reciente estudio del mismo IAB refleja que una de cada dos personas entrevistadas aumentó la frecuencia de las cibercompras, y un 45% ha empezado a comprar online productos físicos, algo que no hacía antes de la pandemia. Además,   una cuarta parte de los encuestados cree que la experiencia de estos meses se traducirá en un mayor uso de internet en sus compras.

Estamos sumergidos en una revolución tecnológica que avanza a un ritmo vertiginoso y que está transformando en digital todas las reglas del mercado. Según McKinsey, sólo un 8% de las empresas a nivel mundial ve posible que su actual modelo de negocio sea económicamente viable en el futuro si continúa avanzando a este ritmo la digitalización. En el informe España digital 2025 del gobierno español se estima que para el año 2025 existan más de 20.000 millones de dispositivos a nivel mundial conectados a Internet (tres de media por cada habitante). Otro fenómeno a tener en cuenta es que más del 90% de los jóvenes admiten no despegarse de sus dispositivos móviles en ningún momento. Es evidente que muchas empresas cuentan, o les gustaría contar, con una presencia online donde ofrecer sus productos o servicios.  Ante el nuevo paradigma provocado por la evidencia que cada vez compramos más online, se suele focalizar la atención en el comercio electrónico. No obstante, la realidad del impacto de internet es mucho más compleja y mucho más profunda, ya que el e-commerce es únicamente la punta del iceberg de una mutación de mucho mayor calado. Uno de los drivers más importantes por los cuales se compra por internet es debido a que los compradores o usuarios les resulta mucho más cómodo. Pero es que, además, se ha migrado el epicentro de los procesos del mercado. Internet se ha convertido en la puerta de entrada por defecto para muchas cuestiones y, por supuesto, para el acceso y descubrimiento de nuevas marcas o incluso de desconocidas categorías de productos. Por tanto, es incuestionable que cualquier organización deba de incluir en su estrategia la presencia en la red. Otra cuestión es, sin embargo, considerar si internet además puede ser un posible canal de venta y, por tanto, plantearse la posibilidad de realizar sus transacciones comerciales. Como habíamos mencionado anteriormente, más de 7 de cada 10 internautas españoles, con edades entre los 16 y 65 años, adquiere parte de sus productos vía online. Por eso, practicar el comercio electrónico es un valor añadido para toda empresa.

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